
El enfoque y eje principal sobre el que se va a trabajar, está basado en la terapia cognitivo-conductual, pero por lo general, se complementa con técnicas de otras corrientes, como el psicodrama, la psicoterapia breve, la humanista…, y también se le da mucha importancia a la parte experiencial, emocional y vivencial del proceso.
Mediante esta metodología, en una primera fase de evaluación, lo que vamos a hacer es tratar de aclarar cuáles son las causas principales que pueden estar afectando y que han sido el detonante para el desarrollo del trastorno o la situación por la cual se acude a la consulta y definiremos cual va a ser la técnica o técnicas más adecuadas de acuerdo al diagnóstico y a la personalidad del paciente.
Durante la fase de tratamiento, mediantes las sesiones de terapia, realizaremos una reingeniería del pensamiento y apoyándonos en diversas técnicas y actividades, vamos a transformar los pensamientos negativos, desadaptativos o erróneos, en pensamientos positivos, racionales y adecuados, que nos permitan actuar de acuerdo a los mismos, para lo cual también se trabajará en el desarrollo de ciertas habilidades que nos fortalezcan internamente y que nos ayuden a superar los obstáculos y a sentirnos mejor con nosotros mismos.
Y por último, y no menos importante, durante la fase de seguimiento, fortaleceremos aquellos aspectos que nos permitan evitar recaídas y reforzaremos la utilización de las herramientas y recursos adecuadas que ya hemos adquirido para afrontar problemas futuros.
Cabe destacar, que lo más importante para el éxito de la terapia, siempre es el paciente y su firme propósito de participar e involucrarse con los 5 sentidos en su proceso y por supuesto, sus ganas de mejorar, crecer y superar los inconvenientes y dificultades actuales.